Thursday, May 30, 2013

Monday, May 27, 2013

Ancile: ALBERT CAMUS O LA CONCIENCIA ÉTICA DE EUROPA (EN S...

Ancile: ALBERT CAMUS O LA CONCIENCIA ÉTICA DE EUROPA (EN S...: Cuando se cumple el centenario del gran pensador y genial escritor Albert Camus, nuestro colaborador el filósofo Tomás Moreno, ha preparado...

Thursday, May 23, 2013

POETARIO: Saga Interior, deTeresita Herrera Muiña, poeta cub...

POETARIO: Saga Interior, deTeresita Herrera Muiña, poeta cub...: Con gran beneplácito tengo el gusto de traerles a este espacio de arte y artistas, a la conocida  poeta cubana TERESITA HERRERA MUIÑA, ...

Tuesday, May 21, 2013

TENDIDO FRENTE AL BOSQUE, DE PASTOR AGUIAR

Ancile: TENDIDO FRENTE AL BOSQUE, DE PASTOR AGUIAR: Para la sección de narrativa y los seguidores habituales de nuestro blog Ancile, un nuevo relato del escritor habitual (y amigo perpetuame...

Thursday, May 09, 2013

José Bullaúde desde Buenos Aires y sus Relatos Vivenciales


  

NO ESTÁ MUERTA NI VIVA

Hoy 14 de Marzo de 2009, ella cumple 85 años. Vine a verla, tiene el mismo rostro de mujer distinguida de antes, con algunos rastros del paso de los años. Sus ojos no tienen el brillo pícaro que la caracterizaba. Tampoco su cara muestra las expresiones de alegría o de tristeza.  Estática, sentada.  Me mira sin verme.
-Querida, feliz cumpleaños.
Ella me mira sorprendida.
- ¿Sos mi hermano?
- No, soy Pepe.
No registra mi aclaración, la boca ligeramente entreabierta.
La señora que la cuida se acerca y me dice:
- Don Pepe, basta, no sufra más. La señora no lo reconoce y agrega:
- El clínico dice que está sana, tiene todavía larga vida pero neurológicamente está deteriorada.
Me voy muy triste, rememorando nuestra vida pasada.
Es ¿o tendría que decir era? una mujer que hasta los sesenta años rompía corazones: bella, inteligente con renombre en el mundo artístico y político y muchas, muchísimas otras cualidades de valor humano y social.
Fue una amiga del alma para mí. Un amor mutuo que el tiempo ahondó, logrando que mi cuerpo se transformara en nuestro cuerpo, transmutados.
Un día, puso en práctica su enorme posibilidad de mover acontecimientos y personas. Se trataba de sacarme de un hospital a las 3 de la mañana, donde yo estaba tirado en el piso sobre una colcha, empapado por la lluvia. Ella, y solamente ella, lo haría: consiguió a las cuatro de la mañana, la ambulancia del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires con su chofer y me trasladó, acompañándome hasta un sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires.
 Fuimos “carne y uña” (uno totalmente para el otro) en las buenas y en las malas circunstancias.
Esta triste historia empezó un día en el cual se cayó en la vereda… le echamos la culpa a las veredas rotas de Buenos Aires. Luego otra caída…Y otra…. Ahora el diagnóstico es Parkinson avanzado.
No quiero, como muchos, hacer preguntas obvias y tontas.
Esta es la realidad. ¿Pero dónde está ella, ahora? ¿Aquí, o en dónde? Porque esta vida vegetativa no es vida. Y tampoco es la muerte. No se sabe cuánto va a vivir. Y mientras tanto las preguntas, una detrás de otra, todas sin respuesta, todas dolorosas me acosan, me duelen, no me dejan en paz.
¿Vos sabés cómo me duele lo que estoy escribiendo?

Un año después
  
I
Hoy 14 de Marzo 2010. El año pasado, en esta misma fecha ella cumplió 85 años, la visité en su casa. Hoy cumple 86, está en terapia intensiva, en estado muy grave en el Sanatorio España. El Director del sanatorio me dijo:
- Está muy grave. Pero “si hay vida hay esperanza”.
Pienso:
- ¿con tanta, y tan compleja tecnología digital, tan cara, esperanza se traduce por lucro, ganancia económica para las empresas. ¡Dios mío! ¿por qué no dejan que la gente muera en paz?. Esperanza se ha convertido en ganancia. Ganancia y esperanza son una sola palabra. Cuanto han denigrado el lenguaje.

II

Estoy en mi dormitorio a oscuras, oigo llantos y risas que vienen por el pasillo hacia la puerta. Me  resultan familiares. Como hago siempre, cuando me despierto de noche, miro el reloj: 4:30 de la madrugada.


Las risas y llantos  ya están retumbando en mi puerta. La puerta empieza a vibrar. Siento miedo, pero decido esperar.
 Las risas y llantos ya están definidos. Son de ella, la mujer en terapia intensiva. Me conmueve con placer y me asusta a la vez… sin duda es ella. La puerta empieza a diluirse y su figura, lentamente, ingresa a la habitación. Viene con una túnica amarilla, una sonrisa feliz. La cara es de una mujer bonita de 30 años. Avanza lentamente hacia el borde de mi cama, como deslizándose en el aire. Se acerca, se detiene. Me mira intensamente. Empiezo a sentir algo raro en mi cerebro, siento como si fuera a estallar. Pero no es doloroso, ni traumático, simplemente parece que mi cerebro estuviera cambiando y mientras ese cambio se produce (y la miro a los ojos) pasa algo…. Empiezo a entender lo que me está diciendo y también siento lo que me transmite emocionalmente. Me habla sin palabras, sin gestos y yo entiendo todo. Noto que mi cerebro está cambiado, como sin peso, como si estuviera compuesto de aire y suspendido, sutil.
Rápidamente iniciamos un diálogo sin palabras y ella me cuenta historias de su vida. Historias que vienen con una carga emocional muy grande. Curiosamente, las emociones no me perturban ni me cambian el ánimo. El dolor y la alegría se sienten profundamente pero no tienen aquella tensión perturbadora y distorsionante de las emociones comunes.
 Comienzo  a contarle la historia de mi vida. Nos entendemos. Luego entramos en una aceleración supersónica. Como si en un segundo pudieran caber tres años. Pero no solamente eso: además de comprimir en un segundo tres años lo que expresamos es de una nitidez nunca lograda en el lenguaje común. Mientras ella me relata una parte de su vida y yo le cuento simultáneamente otra de la mía, los dos seguimos los relatos sin parar de dialogar. Nuestros diálogos suceden a  una gran velocidad. Cuando su historia es triste y se cruza con una mía alegre, las emociones de alegría y tristeza se entremezclan. El resultado es una sensación para mí totalmente desconocida, pero que me da profunda plenitud. Y podemos unir la alegría y el dolor en una síntesis nueva, maravillosa.
La velocidad va aumentando y llega un momento en que toda nuestra comunión cabe en segundos. No pierde claridad, continuidad, ni sentido. Súbitamente noto que ella está entrando en un estado que se diluye en puntos iridiscentes y cada uno de esos puntos siguen siendo ella. Se despedía.

José Bullaúde








Tuesday, May 07, 2013

Ancile: LA BICICLETA, DE PASTOR AGUIAR

Ancile: LA BICICLETA, DE PASTOR AGUIAR: Volvemos a traer a la sección de Narrativa del blog Ancile, el pulso singular, ágil, vívido, diligente y desembarazado de Pastor Aguiar. E...

Thursday, May 02, 2013

Ancile: AMISTAD Y POESÍA, CON JENIFFER MOORE

Ancile: AMISTAD Y POESÍA, CON JENIFFER MOORE: Inauguramos una nueva sección del blog Ancile intitulada Amistad y Poesía , y lo hacemos con un poema de la poeta argentina y afincada en Mi...